lunes, 1 de enero de 2018

Las escuelas de estudio y trabajo en coeducacion: un aporte del maestro, German Caro Ríos



Por: Mario López Mesones*

El Maestro, Germán Caro Ríos, no sólo contribuyó a Reconstituir y Fundar el Glorioso SUTEP, dotándolo de una Línea de Clase; sino que también, realizó imperecederos aportes a la Pedagogía, Didáctica y Organización Escolar, de validez universal y, que ahora, frente a la contraofensiva reaccionaria del revisionismo que ha usurpado el CEN DEL SUTEP con su farsa de ´´Educación Pública de Calidad´´; con la demagogia de la “Revolución educativa”, y, superando aquel Informe titulado: La Educación Encierra un Tesoro –un tesoro para amasar plusvalía y despellejar a la fuerza de trabajo, así como para explotar y oprimir a los países del Tercer Mundo en beneficio del Capitalismo Burocrático y el Imperialismo, principalmente yanqui, con sus falaces pilares de la educación en el contexto de una crisis generalizada del sistema imperialista a nivel mundial-; además del sofismático libro idealista de: Siete Saberes Necesarios para la Educación del Futuro; hoy por eso, para nosotros los maestros del pueblo, es imperativo asumir los Aportes del preclaro Maestro de Huayopampa, (Huaral, 28.05.1905-19.10.1971) y aplicarlos en la labor docente educativa. Es un imperativo histórico cristalizarlo, asumiendo sindicalmente, una Línea Sindical Clasista. Más aún, cuando se promulgó el año 2012, en el mes de noviembre, la Ley Nº 29944, Ley de Reforma Magisterial, que pretende negar el Derecho del Pueblo a la Educación y, despedir masivamente a los maestros, desapareciendo el Derecho Constitucional y Laboral a la Estabilidad Laboral, en un nuevo régimen laboral de “Contratos”, sujetos a Certificaciones de Competencias con Evaluaciones punitivas; cumpliendo los planes trazados por el “Ministerio de Educación Imperialista: el Banco Mundial”.

I. Fundamentos de las Escuelas de Estudio y de Trabajo en Coeducación.
En la Escuela Pública tiene que desenvolverse una Pedagogía Científica, que seleccione conocimientos en un Plan de Estudios dialéctico, partiendo de las Ciencias Naturales, del pueblo, promoviendo la creatividad y transformación, basándose en las necesidades y potencialidades de la comunidad; para convertir a la Escuela en un Centro de Estudio y Trabajo en Coeducación, como nos enseñó el Maestro, Germán Caro Ríos (Huayopampa, Huaral, Lima, 28 de mayo de 1905-Lima, 19 de octubre de 1971); –fundador del SUTEP-; quién con su tesonera labor en  la Comunidad de Huayopampa, superó la exigua vida productiva de este poblado. Aquí está la Pedagogía Científica, de Masas y de carácter Nacional, que requiere el pueblo para derribar las Tres Montañas que nos aherrojan a la oscuridad, a una educación semifeudal-imperialista, sustentada en una Concepción Idealista y sistematizada en un ¨Diseño Curricular Nacional de Educación Básica Regular¨, anticientífico y con categorías de ¨Competencias, Capacidades¨, que no refleja los intereses del pueblo peruano y al contrario, sirve al Capitalismo Burocrático, que es el capital que invierte el Imperialismo, principalmente yanqui, en las naciones oprimidas y atrasadas con Semifeudalidad y Semicolonialidad, como es el Perú, para explotarnos y saquear los recursos naturales para beneficio de la Gran Burguesía y los Terratenientes con sus TLC –Tratado de Libre Saqueo- y aherrojarnos a la oscuridad perpetuando la esclavitud asalariada, con su Ley General de Educación Nº 28044 y la Ley de Despidos Masivos y Represión, LRM Nº 29944 LCPM, que niegan centralmente el Derecho del Pueblo a la Educación, convirtiéndola en una élite con sus Colegios ´´Emblemáticos´´ Y su Colegio ´´Mayor Presidente de la República´´.
Frente a una Educación al servicio del Capitalismo Burocrático, semifeudalidad e Imperialismo, principalmente yanqui; está la Escuela de Estudio y Trabajo en Coeducación, que es un verdadero laboratorio de enseñanza-aprendizaje al servicio de la comunidad y en función de sus intereses y necesidades.
 Los fundamentos teóricos que sustentan las Escuelas de Estudio y de Trabajo en Coeducación, son:

1. Relación entre la teoría y la práctica. Desde el proceso de hominización, los hombres, superando las duras condiciones materiales de vida, fueron descubriendo las propiedades, el origen, y la esencia de la naturaleza, de su realidad objetiva y, al mismo tiempo, aprendieron  a transformarlas, de simples objetos a instrumentos de trabajo. Por eso, “la actividad del hombre en la producción es su actividad práctica más fundamental, la que determina todas sus demás actividades. El conocimiento del hombre depende principalmente de su actividad en la producción material; en el curso de ésta, el hombre va comprendiendo gradualmente los fenómenos, las propiedades y las leyes de la naturaleza, así como las relaciones entre él mismo y la naturaleza, y, también a través de su actividad en la producción va conociendo paulatinamente y en diverso grado determinadas relaciones existentes entre los hombres. No es posible adquirir ninguno de éstos conocimientos fuera de la actividad en la producción”, en: Sobre la Práctica. Sobre la Relación entre el Conocimiento y la Práctica. Entre el Saber y el Hacer. En esta actividad productiva, el trabajo es central, en tanto proceso consciente entre el hombre y la Naturaleza, donde éste transforma a aquella (C. Marx, El Capital, Tomo I, Cap. VII) y, más aún, el trabajo nos permitió superar en el proceso de hominización, la condición simiesca que teníamos, para convertirnos en el “Jovencito de Darwin”. F. Engels, magistralmente, afirma: “El trabajo es la primera condición fundamental de toda la vida humana, hasta tal punto que, en cierto sentido, deberíamos afirmar que el hombre mismo ha sido creado por obra del trabajo”. F. Engels: El Papel del Trabajo en la Transformación del Mono en Hombre. El Maestro, Germán Caro Ríos, nos enseña: “Existe en consecuencia, una íntima dependencia entre el trabajo y el estudio, entre la teoría y la práctica; mientras el trabajo crea la ciencia y la técnica, los conocimientos perfeccionan, acrecientan y enriquecen el rendimiento de las actividades productivas”.

2. Fundamentos sicológicos. El desarrollo de los conocimientos está concatenado con su desarrollo histórico-social, que va del desconocimiento hacia el saber, y “de los conocimientos imperfectos a los conocimientos cada vez más perfectos, pero nunca acabados”. La psique es un producto de la evolución (Rubinstein: Principios de Psicología General) y, la conciencia es un reflejo de la realidad objetiva. Pero en la práctica productiva, cuando el hombre primitivo fabricaba herramientas, superaba el control de las leyes biológicas e ingresaba a un mundo de nuevas exigencias, impuestas por el proceso de la producción de instrumentos. Esto quiere decir, que se potenciaba el Pensamiento, el Lenguaje, con la palabra, y, se desplegaban las funciones psíquicas, desarrollándose más aún la Conciencia, Aptitudes, habilidades y capacidades. Sidorov M.: Cómo el Hombre Llegó a Pensar. No es verdad aquella falacia del denominado “Diseño Curricular Nacional” del MED, 2009, donde se afirma en forma anticientífica, que el desarrollo integral de la personalidad del estudiante apunta hacia los “logros de aprendizaje”, centrado en “Capacidades y Competencias”. Walter Peñaloza Ramella, en su libro: Propósitos de la Educación, desmorona y hace trizas este constructo facturado por el Banco Mundial con asesoría de la Universidad de Harvard, USA.  Es imperativo precisar, que este fundamento es el principal y, los demás, son complementarios. Entonces, “el fundamento sicológico principal de la enseñanza es el que reconoce que nuestras sensaciones, percepciones, representaciones y pensamientos son reflejos del mundo exterior”. Este reconocimiento permite que el estudiante, refleje la realidad objetiva en su pensamiento, construyendo conocimientos y organizando su realidad social –resaltar que somos un haz de relaciones sociales determinadas históricamente en una formación social-, para transformar a la Naturaleza. En cambio, los idealistas, presuponen que las funciones psíquicas vienen “a priori” en el cerebro humano. Por ende, para los que asumen la Concepción Educativa Idealista, la realidad es “incognoscible” y no se puede transformar, porque el pensamiento está centrado en la “incertidumbre”, en el “pensamiento estratégico”, en el “pensamiento convergente”, en el “pensamiento divergente”, en la “Sociedad del Conocimiento” (una pútrida ideología que representa la descomposición del Imperialismo, última fase del Capitalismo.); en las teorías de los ideólogos de Harvard (USA): las “ Inteligencias Múltiples” –cuando en realidad sólo existe una sola inteligencia, como un crecido río, con diversidad de vertientes; en S.L. Rubinstein: Principios de Psicología-; y, más aún, sería imposible generar un pensamiento científico y una conciencia social objetiva. Esta es la línea de pensamiento del Idealista con su Ideología fascista del “superhombre”, “Postmodernismo”, de la “Sociedad del Pensamiento”, de la “Sociedad de la Información”, del “Postcapitalismo”, del “Fin de la Historia” y, tantos términos con que se disfraza la ideología burguesa del Imperialismo, caracterizado como última y superior etapa de desarrollo del Capitalismo, además de ser agonizante, monopólico y parasitario. Es pues, crucial, caracterizar los aspectos de las funciones psíquicas y de la conciencia; pues a partir de la concepción que se tenga, “se determinarán los métodos, procedimientos y sistemas de enseñanza”, Germán Caro Ríos: Las Escuelas de Estudio y Trabajo en Coeducación. De ahí, que es un imperativo, estudiar las obras de los Clásicos del Proletariado, la genial obra: Siete Ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana de José Carlos Mariátegui y, las valiosas obras de S.L. Rubinstein: Principios de Psicología y, El Ser y la Conciencia.

3. Fundamentos Pedagógicos. a)  Formación integral de los educandos, b) Asimilación activa de los conocimientos, c) Sistematización y graduación del aprendizaje, d) Disciplina consciente y natural. Cimentados en los Fundamentos Pedagógicos, Psicológicos, Socio-económicos, Filosóficos y Políticos. Esto quiere decir, que la combinación en la escuela de estudio y trabajo, “Basa la enseñanza en una relación de estricta dependencia entre el saber intelectual y el trabajo productivo, aplicando realmente la teoría científica del conocimiento verdadero, que las ideas abstraídas en el cerebro son el reflejo del mundo exterior convertido en concepto tras un proceso de elaboración, que toda actividad práctica constituye la materialización de una idea anteriormente elaborada por la mente y que cualquier concepto, por abstracto que parezca, tiene su origen en una actividad práctica”. Germán Caro Ríos, Ob. Cit.

II. Organización Escolar.
 La Organización Escolar tiene que responder a los intereses de las masas y, por ende, de los estudiantes, con maestros que se integren a las masas y sea, Sindicalista: con una línea clasista;  además de Investigador, pues: “Es el conocimiento cabal de las características y necesidades de cada comunidad y de cada escuela lo que facilita encontrar el camino más seguro para avanzar. Para avanzar hay que conocer el camino. Por eso el trabajo docente se traza así: investigar primero, enseñar y trabajar luego, para transformar después”. Por eso,  tenemos que asumir una clara personalidad intelectual, moral y física recia, que nos obligue a ser eternos estudiosos, investigadores, probos, austeros con nosotros mismos y con los demás. “Hay que templarse en el trabajo y en la lucha por la elevación del nivel de vida del campesino. Los trabajadores del campo nos han criado y educado, para mejor vivir y trabajar con ellos”.

 Y además, hacer conocer a los estudiantes los Proyectos Regionales del pueblo y defender los recursos naturales: Bosques, Suelos, Agua, Recursos Fitogenéticos, Yacimientos minerales y, el Patrimonio Paleontológico; su diseño, importancia y, la Biografía central de grandes científicos nuestros: así tenemos incluso, a los Naturalistas, Matemáticos y hombres de ciencia, como Pedro Paulet (pionero en la navegación aeroespacial y la ingeniería aeronáutica) e incluso, al Dr. Boris Zwiebach, un avanzado físico peruano que trabaja e investiga en Teoría de Cuerdas en el MIT de USA. Debemos partir de los aportes de los maestros: Antonio Encinas Franco, José María Arguedas, César Vallejo, Ciro Alegría Bazán con su epopeya: El Mundo es Ancho y Ajeno, Walter Peñaloza y, principalmente de JC Mariátegui, quién analizó profundamente a la Formación económico-social peruana y sentó las leyes que la rigen para su transformación. Por supuesto, tenemos que asumir los aportes del Maestro, Germán Caro Ríos, fundador del SUTEP; también las tesis en educación de los Institutos Superiores Pedagógicos y las Facultades de Educación de las diferentes universidades y sus Programas de Post Grado. Por supuesto, nosotros los maestros, tenemos que contribuir con aportes pedagógicos desde una posición de clase y con una concepción científica del proletariado, organizados en el Comité Nacional de Lucha de las Bases del SUTEP, ahora dirigidos por el Comité Nacional de Lucha y con el respaldo de las inmensas Bases Clasistas del SUTEP

III. Qué Hacer en la Escuela del Pueblo y para el Pueblo.
Organicemos las Brigadas de Estudio y Trabajo en Ciencias Naturales, los Museos de Historia Natural, los Centros de Producción, las Bibliotecas de Bioproducción Científica, los Equipamientos Ambientales de Conservación de Recursos Naturales, los Jardines de Recursos Fitogenéticos, los Mapas Temáticos; institucionalicemos la Red de Herbarios Escolares en el Perú en Convenio con las Universidades; elaboremos una relación de Recursos Naturales –esta actividad es central para el desarrollo de la industria liviana y pesada, que nos permita diseñar y construir los Medios de Producción-,  e identifiquemos los problemas ambientales prioritarios; centrémonos en la Etnobotánica y avancemos hacia la Etnobiología; investiguemos en genética a nivel local; siempre partiendo del conocimiento directo y práctico de nuestro campesinado, de los inmarcesibles pueblos amazónicos, de la sabiduría de los Ayllukuna Quechuas del Perú, de los Yungas y de las Minorías Nacionales; organicemos las Expoferias Científicas escolares; construyamos nuestro Calendario del Tiempo Geológico teniendo la información especializada de las Eras Geológicas; identifiquemos instrumentos de Producción; con las computadoras, elaboremos Modelos de Plantas de Producción; construyamos Modelos Tectónicos y Modelos Estratigráficos sobre la base de la Geología Histórica; organicemos los Museos Paleontológicos a nivel escolar; Organicemos las muestras de rocas (magmáticas, metamórficas y sedimentarias) con las clases de minerales y suelos de la región, apuntando a contar con muestras del país; editemos las producciones de los estudiantes en revistas de Ciencias Naturales. Hagamos Talleres de Ciencias Naturales, partiendo de conocimientos simples para profundizarlos en la práctica e investigación con las masas, aplicando la Ley Única Fundamental de la Contradicción, con el objetivo de reflejar las propiedades de la materia y manejarlas en la perspectiva de que la sabiduría de las masas en el Perú se generó en las Altas Montañas con los pobladores de Lauricocha, Toquepala, Chivateros, hace más de veinte mil años atrás y, generar una concepción científica del Cosmos, surgido hace más de 15 mil millones de años con el Big Bang, según la Astronomía y Física Cuántica; construyendo por ende, una Ideología que conozca los procesos evolutivos de la vida en esta parte del infinito universo –originada de acuerdo con A. Oparin, como un desarrollo cualitativamente superior de la materia-; comprendiendo, que la Formación Económico Social está regida por leyes y contradicciones, que se pueden y deben transformar.

 Es nuestra responsabilidad pedagógica, hacerlo. Con alegría, tenemos que asumir las Ciencias Naturales para Transformar a la Naturaleza en función de los intereses del pueblo. Y así, debemos partir de la sabiduría de las Masas, para volver a las Masas, con un conocimiento sistematizado. Jamás olvidarnos, que los más grandes Maestros, están en el Pueblo. Las Ciencias Naturales son exquisitas, como la deliciosa Awajina de Tarapoto en la Región San Martín, con su carne seca aromatizada con la Capsaicina de las Charapitas –variedad de ají-. Así, debemos maravillarnos de los pétalos púrpuras de la ancestral papa –como la observé en las cordilleras de Andahuaylas, durante el mes de marzo del año 2011- y, de la hermosa flor Wanka, del pueblo de Huancayo. Aprender para transformar y, transformar para construir, con la práctica productiva y una concepción científica, que nos ha dado el proletariado peruano y universal, para desplegar esa estructura psíquica de las Aptitudes, cimentando un pensamiento objetivo, afilando la inteligencia, destrezas, hábitos en función de los intereses de las masas. Por eso, debemos servir de todo corazón con las Ciencias Naturales a nuestro Pueblo Peruano, asumiendo la gran obra de Germán Caro Ríos, preclaro maestro del pueblo, fundador por encargo de las masas, del SUTEP.


*Licenciado en Educación, Especialidad Biología y Química; Post Grado en Ciencias, Ingeniería Ambiental. Investigador en Recursos Bióticos, Fitogenéticos, Bosques de Montaña y Paleontología.  

domingo, 16 de julio de 2017

El mito mueve al hombre en la historia



El mito mueve al hombre en la historia

Alan Pelayo Soriano
Sartrereano1@hotmail.com

Sin un mito la existencia del hombre
 no tiene ningún sentido histórico.
José Carlos Mariátegui

INTRODUCCIÓN

Muchos han adjudicado al marxismo de un economicismo. Según ellos, el análisis marxista se reduce solo a las fuerzas productivas, al modo de producción, las formas de producción, el valor de uso – valor de cambio, trabajo concreto – trabajo abstracto, plusvalía absoluta – plusvalía relativa, etc.; y cómo esto se refleja de modo automático en la conciencia social, siendo ésta una mera expresión del hecho material. A toda acción hay una reacción. A toda acción material hay una reacción ideal.
Esta forma de concebir el marxismo expresa serias dificultades de compresión. Sufre de un gran desenfoque teórico, sin tener certeza de la relación adecuada entre el ser social y la conciencia social.
Podemos plantear ciertas hipótesis de porqué se tiene esa mala-comprensión. Puede ser por la posición de clase[1] que asumen de modo consciente o inconscientemente. Generando un rechazo a priori, a todo lo que es comunismo, izquierda o marxismo. También puede ser por la concepción metafísica del mundo, que es la concepción mecánica, estática y unilateral de cómo se concibe la realidad. Esto genera la mala interpretación de la concepción científica del proletariado. La primera hipótesis es política y la segunda filosófica; entre las dos hay una relación estrecha que se desenvuelven bajo intereses sociales. Esto puede tener ciertas repercusiones históricas – políticas.
En el presente trabajo no vamos a desarrollar estas hipótesis, porque nuestro interés principal es criticar y analizar si hay un determinismo economicista dentro del marxismo clásico[2]. Además, proponer que la conciencia social es una fuerza espiritual que mueve al hombre a realizar acciones heroicas y que esta tesis no es opuesta al marxismo, todo lo contrario, se compaginan en una relación dialéctica entre la conciencia social y el ser social, entre la superestructura y la estructura, entre el pensar y el ser. Y como la conciencia social, la superestructura o el pensar pueden cumplir un papel importante en los procesos históricos y sociales. Lenin manifiesta lo siguiente: “Sin teoría revolucionaria, no puede haber tampoco movimiento revolucionario.[3] Esto significa que la teoría tiene un papel importante en las acciones, y ésta tiene que guiar en base a una doctrina porque si no andarán a ciegas, cayendo en oportunismo y en una práctica vulgar. Lo que en política puede generar errores para la organización del proletariado, por eso “… solo un partido dirigido por una teoría de vanguardia puede cumplir la misión de combatiente de vanguardia.[4] Mao Tse Tung desarrolla esta tesis generalizando: “Cuando la superestructura (política, cultura, etc.) obstaculiza el desarrollo de la base económica, las transformaciones políticas y culturales pasan a ser lo principal y decisivo. ¿Estamos yendo en contra del materialismo al afirmar esto? No. La razón es que, junto con reconocer que, en el curso general del desarrollo histórico, lo material determina lo espiritual y el ser social determina la conciencia social, también reconocemos y debemos reconocer la reacción que a su vez ejerce lo espiritual sobre lo material, la conciencia social sobre el ser social, y la superestructura sobre la base económica. No vamos así en contra del materialismo, sino que evitamos el materialismo mecanicista y defendemos firmemente el materialismo dialectico.[5] En ese sentido, no solo está en la teoría, sino en la cultura, en la política y en el arte; que pueden ser instrumentos revolucionarios para transformar el alma de los hombres.
Es José Carlos Mariátegui uno de los grandes baluartes de esta exégesis marxista. Quien impregnó un sello original y creador a su pensamiento. Aportando una riqueza intelectual en sus diferentes facetas como político, analista o ensayista. Y en esta oportunidad vamos a rescatar su pensamiento de esa visión estrecha que le han adjudicado algunos intelectualoides a sueldo.
Entonces, para hacer esta defensa, el ensayo va a girar en torno a esta obra: El alma matinal y otras estaciones del hombre de hoy. En dicha obra encontramos la exaltación del élan, el mito o la religiosidad; y cómo Mariátegui trabaja el lado subjetivo, espiritual y la voluntad, dejando de lado esa visión rígida y mecánica. También, acudimos al pensador italiano Antonio Gramsci, que en su época tuvo que combatir ideológicamente con ese “marxismo” de corte positivista, esa vulgarización marxistoide de corte académico. Además de las obras de Nietzsche, Foucault, entre otras; para relacionarlo con las del marxismo.

EL DISCURSO[6] SOBRE EL REDUCCIONISMO “MARXISTA”.
En esta re-visión “marxista” hay un campo de enunciados que se relacionan entre sí, relaciones que construyen significación. Generando la desfiguración de la esencia del marxismo. Estos enunciados son: 1) Economicismo… Hablo, más bien, de una aproximación teórica específica que tiende a ver en las bases económicas de una sociedad la única estructura determinante. Esta aproximación tiende a ver todas las otras dimensiones de la formación social como un simple reflejo de “lo económico” a otro nivel de articulación, y algo que no tiene un poder estructurante o determinante en propiedad. 2) El reduccionismo teórico: simplifica la estructura de las formaciones sociales, reduciendo la complejidad de su articulación, vertical y horizontal, a una sola línea de determinación; simplifica incluso el concepto de determinación – que en Marx es una idea muy compleja – volviéndolo una función mecánica.[7]
Esto son dos enunciados que distorsionan el objeto teórico. Es una construcción dentro del campo discursivo que altera la doctrina marxista. Los orígenes los podemos encontrar en una situación clasista, aunque el mismo Foucault no lo quiso asumir, consideramos que en el fondo guía esta construcción discursiva. Son los intelectuales de la burguesía, que explícito o implícitamente, cumplen una función que es la de confundir, tergiversar y alterar la doctrina del proletariado; para desviar la lucha, la historia y el progreso social.  Que incluso, epistemológicamente, son capaces de afirmar que en la historia no hay leyes sociales. La razón es simple y sencilla: eternizar el statu quo y no predecir científicamente el cómo y el porqué de la destrucción del monopolio del capital.
Sin embargo, en el marxismo clásico no hay mecanicismo ni reduccionismo, esto es la visión metafísica del mundo. Filosóficamente, esto es incorrecto, va en contra de la dialéctica materialista, y de la ley universal: la unidad y lucha de contrarios. Donde hay una relación dinámica, interactuante e interrelacional entre dos polos contrarios; transformándose mutuamente el uno en el otro, siendo una lucha constante por predominar el uno frente al otro; pero siempre uno es dirigente y el otro subordinante y ese otro, bajo ciertas condiciones, pasa a ser dirigente; hasta resolver el problema concreto. En palabras de Carlos Marx sería así: “La coexistencia de dos lados contradictorios, su lucha y su fusión en una nueva categoría constituyen el movimiento dialéctico. El que se plantea el problema de eliminar el lado malo, con ello mismo pone fin de golpe al movimiento dialéctico. Ya no es la categoría la que se sitúa en sí misma y se opone a sí misma en virtud de su naturaleza contradictoria, sino que es el señor Proudhon el que se mueve, forcejea y se agita entre los dos lados de la categoría.[8] En esta cita podemos encontrar que el señor Proudhon no comprende la dialéctica, él solo lo ve dos cosas aisladas, que no tienen interconexión e interacción; por un lado está el mal y por el otro el bien, pero no comprende que el uno puede convertirse en el otro y viceversa. Esto aplicado a la sociedad sería, solo lo económico, pero no la ideológico; solo el ser social, pero no la conciencia social. Grave error que “los marxistas de salón” no han podido captar, tergiversando los principios del marxismo. En ese sentido Engels manifiesta:
“…Según la concepción materialista de la historia, el factor que en última instancia determina la historia es la producción y la reproducción de la vida real. Ni Marx ni yo hemos afirmado nunca más que esto. Si alguien lo tergiversa diciendo que el factor económico es el único determinante, convertirá aquella tesis en una frase vacua, abstracta, absurda. La situación económica es la base, pero los diversos factores de la superestructura que sobre ella se levanta – las formas políticas de la lucha de clases y sus resultados, las constituciones que, después de ganada una batalla, redacta la clase triunfante, etc., las formas jurídicas, e incluso los reflejos de todas estas luchas reales en el cerebro de los participantes, las teorías políticas, jurídicas, filosóficas, las ideas religiosas y el desarrollo ulterior de éstas hasta convertirlas en un sistema de dogmas – ejercen también su influencia sobre el curso de las luchas históricas y determinan, predominantemente en muchos casos, su forma.[9]
Se entiende, que para el marxismo la conciencia social cumple un papel importante dentro del movimiento social e histórico, sin esto el hombre no puede luchar por alcanzar sus objetivos; su vida no tendría razón ni sentido que lo muevan para transformar el sistema de producción y reproducción del capital.

EL MITO COMO FUERZA REVOLUCIONARIA
Los grandes cambios históricos y el paso de una a otra sociedad no son productos de una fuerza divina trascendente, tampoco es la simple llegada de la crisis económica; porque si fuera así, los hombres esperarían, cómodamente en su sofá, la llegada de una nueva sociedad. La sociedad tiene otro onto. Su ser se desenvuelve de modo distinto a la naturaleza. Siendo la sociedad conformada por hombres, son estos, que en su libertad, conciencia y derecho, deben actuar para que el orden social se transforme en otro.
Para hacerlo el hombre debe poseer un mito[10]. Esto significa que los idealistas no son los únicos que tiene fe, también los materialistas la tienen. Para estos últimos, Dios ha muerto[11] o simplemente es un invento humano, y lo que existe en el mundo es solo materia en movimiento; pero a pesar de esto, no es impedimento para tener una esperanza, una creencia. La distinción cardinal con los idealistas es que la fe materialista no es trascendental – metafísica; sino social, histórica. Le pertenece a este mundo concreto, y va acorde con las leyes sociales. “Los motivos religiosos se han desplazado del cielo a la tierra. No son divinos; son humanos, son sociales.[12]
¿Pero qué se entiende por mito? Acudamos a Mariátegui y su ensayo El hombre y el Mito. Él es quien utiliza este concepto y lo acopla creativamente al marxismo. Mito, en primer lugar, no lo toma como un relato que se refiere a acontecimientos prodigiosos, protagonizados por seres sobrenaturales o extraordinarios. En segundo lugar, no tiene una acepción fantástica ni supersticiosa. Y, por último, no es a-histórico. Todo lo contrario, Mariátegui lo utiliza como idea – fuerza que conduce a los hombres al combate, como voluntad resuelta para la acción social, como una pasión que guía al ser humano, como una actitud psicológica que da sentido a la existencia humana. “Sin un mito la existencia del hombre no tiene ningún sentido histórico.[13]  Pero no solo esto, en Mariátegui, el mito tiene una posición de clase y coincide con el proceso histórico. En sus palabras: “Lo que más neta y claramente diferencia en esta época a la burguesía del proletariado es el mito. La burguesía no tiene ya mito alguno. Se ha vuelto incrédula, escéptica, nihilista. El mito liberal renacentista, ha envejecido demasiado. El proletariado tiene un mito: la revolución social. Hacia ese mito se mueve con una fe vehemente y activa. La burguesía niega; el proletariado afirma. La inteligencia burguesa se entretiene en una crítica racionalista del método, de la teoría, de la técnica de los revolucionarios. ¡Qué incomprensión! La fuerza de los revolucionarios no está en su ciencia; está en su fe, en su pasión, en su voluntad. Es una fuerza religiosa, mística, espiritual. Es la fuerza del Mito.[14] Acá podemos apreciar, por un lado, que la clase burguesa, en esta época actual tiene la ausencia de ideales históricos que le puedan seguir enrumbado para el desarrollo de la sociedad. Sus ideales como la razón, la libertad, la igualdad y la fraternidad han caducado; pertenecen al siglo XVIII. Y podemos agregar en la actualidad al Postmodernismo, que niega toda verdad objetiva, las leyes sociales y la guerra al todo. En su contrario, tenemos al proletariado que tiene optimismo para seguir combatiendo, con toda esa voluntad creadora que le permite elevarse por encima de las demás clases para realizar lo que la historia lo demande. La verdad y la exégesis está del lado del proletariado que pugna por imponerlo.


CONCLUSIONES
El determinismo económico es la visión burda del marxismo. La burguesía lo impulsa para generar confusión dentro del movimiento social.
El marxismo no se reduce al ser social, también considera muy importante la conciencia social.
La conciencia social como fuerza transformadora de la sociedad.
El mito como ideas fuerza para realizar acciones históricas.
El mito tiene una posición social y va acorde con el desarrollo histórico.
El mito burgués está en decadencia.
El mito del proletariado tiene una fortaleza social y está lleno de optimismo.

BIBLIOGRAFÍA
-          Carlos Marx. La miseria de la filosofía. Editorial Progreso. S/F.

-          Lenin. ¿Qué Hacer? Editorial Pekín. 1975.

-          Mao Tse Tung. Obras Escogidas. Tomo I. Editorial Pekín. 1971.

-          Michel de Foucault. Arqueología del saber. Alianza Editorial. 1969.

-          Hall, Stuart. La importancia de Gramsci para el estudio de la raza y la etnicidad. Revista de Colombiana de Antropología. Volumen 41. 2005.

-          Marx, Carlos y Engels, Federico. Obras escogidas. Tomo III. Editorial Progreso. 1974.

-          Federico Nietzsche. Así habló Zaratustra. Alianza Editorial. 1974.

-          José Carlos Mariátegui. Alma Matinal y otras estaciones del hombre de hoy. Editorial Minerva. 1987.


[1] Hacemos referencia a la burguesía que es enemiga principal del proletariado y por tanto del marxismo. Es esa clase la que desfigura, tergiversa y confunde la doctrina marxista.
[2] Entiendo por marxismo clásico lo desarrollado por Marx, Engels, Lenin, Stalin y Mao Tse Tung. Y no por otros tipos de “marxismo” como es el caso de la Escuela de Frankfurt, el de Althusser, el neomarxismo, marxismo crítico, marxismo del lenguaje o el posmarxismo.  
[4] Ibid. Pág. 32.
[6] Entiendo esto dentro de los supuestos teóricos de Michel de Foucault, que en su obra Arqueología del saber, manifiesta: “Hacer aparecer en su pureza el espacio en el que se despliegan los acontecimientos discursivos no es tratar de restablecerlo en un aislamiento que no se podría superar; no es encerrarlo sobre sí mismo; es hacerse libre para describir en él y fuera de él juegos de relaciones.
[8] Marx, Carlos. La Miseria de la Filosofía. Editorial Progreso.  S/F. Pág. 93.
[10] Mariátegui utiliza este concepto indistintamente como religión, esperanza, fe o creencia.
[11] Frase célebre del filósofo alemán F. Nietzsche. Que se entiende como la eliminación de todo lo sobrenatural, metafísico y aquello que enferma al ser humano.
[13] Ibid. Pág. 24.
[14] Ibid. Pág. 27.
 

El catedrático y sus estudiantes



El catedrático y sus estudiantes

Daniel MORÁN
CONICET - Universidad de Buenos Aires, Argentina



El verdadero maestro no se preocupa casi por la disciplina. Los estudiantes lo respetan y lo escuchan, sin que su autoridad necesite jamás acogerse al reglamento ni ejercerse desde lo alto de un estrado. En la biblioteca, en el claustro, en el patio de la universidad, rodeado familiarmente de sus alumnos, es siempre el maestro. Su autoridad es un hecho moral. Solo los catedráticos mediocres, - y en particular los que no tienen sino un título convencional o hereditario -, se inquietan tanto por la disciplina, suponiéndola una relación rigurosa y automática que establece inapelablemente la jerarquía material o escrita (Mariátegui, 1998, p. 115-116). 


Cómo alguna vez señaló José Carlos Mariátegui en Temas de Educación los maestros y catedráticos casi siempre imponen la disciplina cómo un arma para esconder su ignorancia, la falta de capacidad intelectual y profesionalismo. En otras palabras, tienen una perspectiva obsoleta de la educación, y más aun de la relación entre maestros y estudiantes. Creen que la acción pedagógica debe ser de arriba hacia abajo, en una línea vertical de relaciones donde el diálogo no importa sino solamente la voz monolítica del catedrático. Se impone así una imagen muy conocida: "ustedes no saben nada, yo lo sé todo." Por lo tanto, aquella supuesta falencia de conocimientos en los alumnos legítima a los catedráticos a imponer su vasta cultura en las mentes y en los espíritus de los estudiantes. Y también a criticar todo movimiento de protesta estudiantil como actos violentos de facinerosos sin educación y de carácter cerrado.
La verdadera educación creo que no parte de esas premisas arcaicas e impositivas. La educación es integral, democrática y liberadora. No impone sino dialoga, no genera divisiones sino integra, y todo ello, porque somos seres sociales y aprendemos en sociedad y no únicamente de forma particular. Igualmente, es evidente que la educación es debate y aprendizaje constante y no se imparte desde cuatro paredes y en el pupitre, por el contrario, la educación tiene que ser vivencial, romper las barreras del aula y tener un claro carácter social, que le interese la problemática nacional y obviamente las dificultades propias de los hombres.
No necesitamos, parafraseando a Paulo Freire, de una educación domesticadora y bancaria, sino de una educación problematizadora y de una educación como práctica de la libertad. Porque la idea no es educar para la sumisión y la inoperante, sino para la liberación y la creación (Freire, 1997). Precisamente, se busca que los estudiantes en un diálogo y debate constante con los maestros puedan aprender a aprender y puedan en aquella acción conjunta aprender a pensar. Aquel es uno de los problemas capitales de la educación: las grandes dificultades que tienen maestros y estudiantes para pensar, debatir y crear. No todo necesariamente está en los libros y en las bibliotecas, muchas veces lo encontramos en la sociedad misma (Freire e Shor, 2014). Porque el hombre es un ser social por naturaleza y nuestra principal preocupación y problema debe buscarse y resolverse allí. Sin embargo, casi siempre los catedráticos basan sus cátedras en libros e investigaciones de otros, tienen una cultura libresca donde la repetición de más de lo mismo es la característica central. Y, creo que hoy, no necesitamos solamente catedráticos de pupitre y de tinta y papel, sino, esencialmente, maestros investigadores interesados en la sociedad y en los problemas sociales. Porque si no como vamos a exigir a nuestros estudiantes que sean excelentes profesionales si nosotros no lo somos, ni demostramos un espíritu de actualización e investigación. Docentes enseñando seminarios de tesis sin haberse graduado con tesis, profesores divulgando la historia, la economía o la política sin haber publicado artículos sobre la asignatura, menos aún algún libro importante. La universidad es creación de nuevos conocimientos y no repetición de lo ya conocido. La universidad debe generar entusiasmo genuino por la investigación y no apagar el fuego novel pero luminoso de nuestros estudiantes.
Todo esto es solamente una de las caras de la moneda y del problema. Gran parte de los estudiantes ya no son los de antaño y tampoco tendrían porque serlo, los tiempos cambian dirán muchos, será por el sistema de educación arcaica o por la enfermedad contagiosa de la dejadez y la ignorancia. Ya no les importa la calidad académica sino priorizan el ahorro de horas y las altas notas. Dicen ser alumnos apolíticos cuando esa conducta demuestra precisamente su componente de partido y decisión política definida. Parecen haberse convertido en estudiantes del Facebook y el Google, de la monográfica de la esquina, de los avances superficiales sacados de las redes sociales y sin espíritu crítico menos creativo.
Entonces, de qué estudiantes estamos hablando y peor aún de qué clase de catedráticos que los forman. Estamos en una crisis educativa a todo nivel. Y el problema es de todos, y no de unos pocos, obviamente los intereses del poder político juegan en contra. No seamos ingenuos el Estado no está de nuestra parte y las autoridades creo que tampoco. Busquemos un cambio, cambiando todos, y no sólo con pretextos banales y fútiles que lo único que hacen es aletargar nuestros avances. Rompamos los círculos cerrados y los pensamientos cuadriculados que tanto daño hacen a la educación. Seamos actores y autores de solución de nuestros problemas, de la educación de verdad y de nuestra propia historia. En palabras de Manuel Burga comprendamos en realidad ¿para qué aprender historia en el Perú?, a manera de ensayar una profunda reflexión sobre nuestro destino histórico (Burga, 1993) o, la frase clave de Paulo Freire de que: “la educación es siempre un quehacer político” (Freire citado en El País, 1978). 

Referencias
BURGA, M. (1993). ¿Para qué aprender historia en el Perú? Lima: Derrama Magisterial.
FREIRE, P. (1978). “Entrevista: Paulo Freire: La educación es siempre un quehacer político”, en, El País, del sábado 20 de mayo de 1978, en línea: http://elpais.com/diario/1978/05/20/sociedad/264463223_850215.html Consultado: jueves 16 de junio del 2016.
FREIRE, P. (1997). La educación como práctica de la libertad. México: Siglo XXI editores S.A.
FREIRE, P. e IRA SHOR (2014). Miedo y osadía. La cotidianidad del docente que se arriesga a practicar una pedagogía transformadora. Buenos Aires: Siglo XXI editores S.A.
MARIÁTEGUI, J. C. (1998). Temas de Educación. Lima: Empresa Editora Amauta.